¡Oh, madres del universo!
En este día, madres del universo,
quiero que se vistan del blanco terno,
bailen de alegría al compás de mi verso
¡Oh, madres bellas!
¡Madres del Sempiterno!
Pasen por esta aula alfombrada,
el aura besará su frente,
como siempre tuvieron ese anhelo.
Y con su dulce mirada
Dios les abrirá las puertas del cielo.
Madres, el cielo azul y las estrellas
les guían en su camino,
y al brillar el manantial,
verán a sus hijos entre centellas,
con sus flores, con sus recuerdos,
al compás de una música celestial.
¡Oh, madres adoradas!
Hoy junto a este álamo
describo su infinito amor maternal,
si falta algún nombre al apretar este cálamo,
estoy seguro, que estarán junto a Dios,
en su aposento, paseando por su huerto,
adornando con sus trajes el plácido mar.