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jueves, 22 de noviembre de 2018

El toro.

Montañas verdes, lagos celestes.
Corre un torito
a mirarse en un cristal de alumbre,
en vez de ponerse triste
corre con su cola alzada por una cumbre.

Durante mi niñez,
aquí, he visto caer el granizo,
he visto el centelleo del rayo.
Algo raro pasa, que en vez
de irse las nubes
esconden al astado de su furia y su brillantez.

Estando en la cima de la montaña,
puedo ver el cañón y el horizonte,
un río esconderse por entre las cerrajas.
Que tristeza tengo,
al ver a las estrellas,
atadas a un collar negro de esmeraldas.

A veces, el lago también se seca,
el silencio en el bosque
anuncia el llanto de las flores y su palidez.
Al salir la luna escarlata,
el torito sale a beber agua,
que por beber un sorbo, bebe dos a la vez.

Autor:—Cálamo Azul—
https://calamoazul.blogspot.pe/
https://yo.poematrix.com/autores/wil25vasquezhotmailcom

martes, 18 de septiembre de 2018

Caminante.

Caminante.

Era un caminante que cruzaba
de los andes a la Amazonía.
Cansado, durmió al lado
de una laguna azul y al despertarse,
estaba junto a millones de luciérnagas
brillantes y llenas de armonía.

Nervioso quiso emprender la huida
por sobre las piedras, por entre los árboles.
Pero aquella doncella dueña del lago,
como si entendiera todo,
le dio algunos consejos de vida.

Y con estos consejos se internó.
Camina y camina
por montañas solitarias,
por lugares fríos y pensativos.
Y sólo su silbido se escuchaba
a la lejanía, lejos, muy lejos,
con un eco infinito que no se termina.

Y la endecha de aquella jovencita
retumbaba  a ritmo que decía:

Todos somos consejeros, en cambio,
sólo aquel árbol que ha dejado
caer sus hojas y ha retoñado
puede dar un consejo sabio.

Más… la soledad es sólo un pasaje
en medio de un camino profundo.
En algún instante, todos soñamos,
todos somos caminantes,
todos somos pasajeros en el tren de este mundo.




martes, 21 de agosto de 2018

Mar



Mar.

Mar: hoy al tenerte al frente,
un recuerdo triste llega y se va,
como una ola quieta,
que susurra en mis oídos,
una palabra infinita
en tu playa durmiente.

A solas, por aquí, por allá,
y en mi soledad te cuento,
mis desdichas, mis sufrimientos.
Tú que me escuchas,
tú que me comprendes,
en tu azul, azul inmenso.
También he visto morir a tus olas
en un punto convexo.

Mar de melodías,
de letras infinitas,
despliega tus perfumes de encinas.
Tal vez mi pensamiento
flote en tus crestas,
o viaje en tus océanos.
Y mi mirada
cada vez más lejos en tu inmensidad
se va despidiendo
de mis recordadas, verdes colinas.

Y así entre tarde y tarde,
he podido escribir mis cuentos,
he podido verte
danzar ante la luna.
Y en mi corazón nace un latido,
tan largo y tan corto,
como el retumbar de tus olas
en mis pensamientos.
Mar de amor, mar infinito,
mar de vida o muerte.

— Cálamo Azul—
Autor: https://calamoazul.blogspot.pe/
https://yo.poematrix.com/autores/wil25vasquezhotmailcom


jueves, 5 de julio de 2018

Maestro.

Maestro.

Maestro que caminas
por caminos angostos,
por montañas nubladas,
de vez en cuando te veo,
tomando algunos sorbos de agua
del río que pasa por mi pueblo.

En la noche la luna te guía,
y en día el sol te abriga
cuando vas por caminos pedregosos,
por caminos silenciosos,
tan silenciosos, que la única amiga
que llevas, es la enseñanza,
aquella que disipa tu fatiga.

Y así vas caminando deprisa,
con tus ojos fijos,
por valles,
por mundos desconocidos,
llevando conocimiento y sabiduría.
Así es el maestro de mi pueblo,
aquel que camina tan lejos,
llevándose consigo mismo el recuerdo
de su hogar y de sus hijos.

Junto al amanecer,
llega mi maestro
desde un lugar muy lejano.
Y en la escuela lo esperan
los niños muy alegres
para que les enseñe a dibujar
las primeras letras,
cogiéndoles de la mano.

Como voy a olvidarme,
si tú me enseñaste
a ver el mundo,
mucho más allá de lo que ven mi ojos,
tú me enseñaste
a escribir mi nombre,
a trazar mis metas.
Como olvidar,
sí antes que la clase acabe
nos hablabas de nuestra patria,
aquella que nos cobija,
aunque a ti mal te pague.

Levanta cabeza
maestro de mi pueblo,
sigue sembrando el grano fecundo,
ya te has ganado un lugar
en el corazón de los niños
de mi Perú profundo.


Autor: https://calamoazul.blogspot.pe/
https://yo.poematrix.com/autores/wil25vasquezhotmailcom


martes, 3 de julio de 2018

Consecuencias.



No están las abejas,
no están las mariposas
que jugaban en mi rosal.
El fuego les causó la muerte
¿Quién susurrará y polinizará a mi flor primaveral?

Ahora, flor del campo, marchitada.
¿Quién llevará tu polen?
¿Quién sacará tu miel?
El pueblo hambriento quedará,
si tu flor, fruto no da.

La tierra quedará estéril,
estéril como las cenizas del fogón,
el rosal crecerá más débil,
y entonces, mi alma no verá a la rosa,
otra vez abrirse de su botón.

Autor: https://calamoazul.blogspot.pe/
https://yo.poematrix.com/autores/wil25vasquezhotmailcom

viernes, 11 de mayo de 2018

¡Oh, madres del universo!



¡Oh, madres del universo!

En este día, madres del universo,
quiero que se vistan del blanco terno,
bailen de alegría al compás de mi verso
¡Oh, madres bellas!
¡Madres del Sempiterno!

Pasen por esta aula alfombrada,
el aura besará su frente,
como siempre tuvieron ese anhelo.
Y con su dulce mirada
Dios les abrirá las puertas del cielo.

 Madres, el cielo azul y las estrellas
les guían en su camino,
y al brillar el manantial,
verán a sus hijos entre centellas,
con sus flores, con sus recuerdos,
al compás de una música celestial.

¡Oh, madres adoradas!
Hoy junto a este álamo
describo su infinito amor maternal,
si falta algún nombre al apretar este cálamo,
estoy seguro, que estarán junto a Dios,
en su aposento, paseando por su huerto,
adornando con sus trajes el plácido mar.


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lunes, 23 de abril de 2018

El rocín encantado.




El rocín encantado.

Con su jinete blanco
corre por los andes
como un rayo,
como una luz brillante,
nadie sabe
la clase de caballo,
que de un salto cruza el barranco.

Galopante se interna en las montañas,
con su lomo humeante,
con su montura dorada,
con su oxidado freno,
y los cerros se abren
como si pasara un trueno.

No descansa ni en los aguaceros,
ni en los granízales
que se descuelgan por los volcanes.
Ni en las noches,
porque en las noches sus ojos
parecen dos luceros
que se dirigen hacia  selvas ecuatoriales.